CONTAGIANDO HOSPITALIDAD

CONTAGIANDO HOSPITALIDAD
JUNTOS CONTAGIANDO LA HOSPITALIDAD DE SAN JUAN DE DIOS

28 marzo 2010

DOMINGO DE RAMOS Y LO COTIDIANO


"La identidad profunda de cada uno se desvela en lo ordinario, se constituye en el hacer las cosas que se deben hacer. Pero haciéndolas de cierto modo.

Porque no importa lo que haces, sino cómo lo haces. puedes ser senador, diputado o ama de casa, profesor universitario o labrador; no importa lo que haces, sino cómo lo haces, con cuánta verdad y pasión, con cuanta intesidad y convicción, con cuánto amor realizas las cosas de costumbre. Puede ser que esto no salve al mundo, pero la mejorará; y el mundo pertenece a quien lo hace mejor, a quien lo deja, todas las noches, un poco más bueno y más bello de lo que lo había encontrado.

En el Evangelio hay personajes que no tienen nombre, personajes en penumbra que aparecen un instante y después desaparecen en seguida en el anonimato de lo cotidiano.

Son, por ejemplo, los que ponen a disposición el borriquillo del que se servirá Jesús (Mc.11,2); los que, por el camino, se fían de los dos discípulos que desatan al animal (Mc.11,69; la familia que estaba detrás de la puerta ante la cual se encontraba atado el asno (Mc.11,4), y que representan a todos los humildes servidores del reino que viven experiencias ordinarias, sencillas -casa y trabajo-, que no hacen nada sublime, sino simplemente lo que es justo. Lo hacen con generosidad..lo hacen con el corazón en la mano....

¡Cuánta gente de ésta vive todavía en nuestra ciudad ....y hasta en mi propia casa!. Y la Iglesia camina, el Reino avanza sobre los "asnillos" de estas personas; no entre el humo de los inciensos ni en las grandes reuniones multitudinarias, sino a hombros de tanta santidad invisible, de tantos que tal vez son incluso inconscientes de ser buenos. Precisamente a éstos es a los que el Señor necesita. ¡Qué hermosa es esta palabra: "el Señor lo necesita"!

(ROCHI, E.,)

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