CONTAGIANDO HOSPITALIDAD

CONTAGIANDO HOSPITALIDAD
JUNTOS CONTAGIANDO LA HOSPITALIDAD DE SAN JUAN DE DIOS

01 marzo 2007

¿MAPAS PARA ENCONTRAR A DIOS?


"Dios está muy presente en el mundo que nos rodea. No sólo en lo íntimo del corazón de las personas o en la quietud de los templos. No sólo en las oraciones que lo nombran o en los silencios que lo buscan. Dios está presente en tantos lugares en los que se proclama, de alguna manera, su salación. En todos aquellos espacios en los que los seres humanos damos pasos para hacer realidad lo que un día Él soñó para nosotros.


Muchas veces, nuestra mirada se queda atrapada en la tragedia y las ausencias. en todo lo que no funciona. En las vidas atravesadas y en las lágrimas inocentes. En el sinsentido que no se puede explicar y en el horror que podemos mirar cara a cara. Y preguntamos: ¿por qué lo permite Dios?.


Tal vez la respuesta no está en lo que Dios permite, sino en lo que quiere. En tantas realidades que reflejan, aun de modo incompleto, que lo que un día Dios imaginó sigue siendo nuestra vocación más profunda.


Nos toca trazar mapas y, una vez que percibimos las ausencias y los gritos (en los que, por cierto, muchas veces está Dios crucificado), empezar a preguntar por las presencias. Dejar que se encienda la esperanza, que nuestro corazón arda al descubrirle partiendo el pan, tantos panes fraternos que cada día hacen del mundo un hogar común.


Nos toca dejar que la alegría honda nos invada. Una alegría lúcida y batalladora. A veces cansada, y nunca engañada. Una alegría profunda, capaz de afrontar las tormentas y celebrar las fiestas. compatible con el sufrimiento, pero inasequible a la tristeza. Una alegría que es sentido y sentimiento. Presencia y búsqueda. Camino y encuentros.


Mira a tu alrededor. Piensa en tu vida, tus gentes, tus oportunidades. Aprende de lo que te ha hecho crecer y vivir. Abraza a los tuyos, y que tantos brazos unidos se conviertan en plataforma poderosa para levantar a quien no tiene otra esperanza. Busca al Dios que, hoy, sigue salvando, reconciliando, despertando en los espíritus valientes el deseo (y la fe) de un bien posible. Construye. Desde lo concreto. Aprende del Dios cuya lógica puede parecer insensata y, sin embargo, es una sabiduría que atraviesa los días y los espacios. Descúbrelo en torno a ti, en tantos espacios donde la semilla del reino sigue creciendo, extendiéndose y obrando el milagro. Aprende de quienes viven haciendo el bien y transformando el mundo.


Contribuye, en lo que puedas, a que tus espacios, tus ritmos, tus gentes, tus instituciones...proclamen que merece la pena vivir el evangelio de un rey en un pesebre, de un crucificado que venció a la muerte, del cantor de las bienaventuranzas, de quien comió con los pecadores porque los reconocía como personas...


Búscalo. Y si tienes la enorme suerte de encontrarlo y reconocerlo, entonces nada volverá a ser igual" (Jose Mª Olaizaola)

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