Me levanto y escucho que unos padres, es posible , que hayan dado muerte a su propia hija; que, una vez más, una mujer fallece a causa de la violencia brutal de su compañero; que los rusos y americanos compiten por tener la bomba más grande; que los miembros de partidos políticos se despedazan entre ellos en medio de luchas y sucios pactos; que seguimos sin localizar a los pescadores desaparecidos en una de nuestras costas.....y, al mismo tiempo, en otro lugar del mundo unos terribles temblores de tierra causan más desgracias; que siguen muriendo personas diariamente en los mismos países; que, a nuestras costas siguen llegando pedazos de barcazas abarrotadas de ilusiones y sueños vestidos de jóvenes personas destrozadas...
Y te preguntas si es cierto que hay cosas imposibles: el diálogo sin intereses, el reparto justo de la riqueza de la tierra, la solidaridad, los partidos verdaderamente interesados por sus pueblos, la PAZ......
Y leo:
"Precisamente en estos tiempos de anonimato
hacen falta remansos de bienestar y de paz
donde poder sentirnos como en casa.
Allí donde estén mis amigos,
allí está, también, mi hogar"
Entonces sí que reacciono y pienso que esto sí es posible hacerlo y conseguirlo. Sólo basta querer y hacer, quizá sin grandes titulares periodísticos pero confiar y esperar en el ser humano, dando confianza y aportando esperanza.
En esta empresa sí que merece la pena embarcarse.
Pues, esto, precisamente esto, hace más de 500 años un hombre llamado Juan Ciudad y, luego, conocido por Juan de Dios comenzó a hacerlo realidad en Granada, en sus calles y sus gentes.
Si esto ha sido posible hasta hoy, ¿por qué no podemos continuarlo más hombres y mujeres en nuestro siglo?
"SER REMANSOS DE PAZ Y BIENESTAR"
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