"He experimentado el destino de una víctima. He visto de cerca el rostro del torturador. Estaba pálido; su aspecto era peor que el mío, aunque yo estuviera sangrando. El rostro del que me torturaba estaba deformado por una especie de retorcimiento que no tenía nada de humano....No es fácil torturar a las personas. ES preciso participar interiormente en la tortura. En esta situación, resultó que yo era el afortunado. He sido humillado, pero no he humillado a otros...En este momento estoy privado de la alegría de ver a los niños que van a la escuela o juegan en el parque. Mientras tanto, los torturadores tienen que mirar a sus hijos a la cara" (Carta a los europeos. Informe sobre la tortura. Amnistía Internacional, Geo Mangakis)
1 comentario:
Esto es muy fuerte!!! para llegar a esas conclusiones...que mente más madura,profunda con una visión de ir más alla del suceso de la empatía de ponerse en lugar del que martiriza.... toda una lección de muchas cosas...
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