Una anécdota relativa a la superación personal tiene como protagonista a un violinista que en pleno concierto en Nueva York vio cómo se rompía una de las cuatro cuerdas de su violín. En lugar de detenerse, decidió adaptar la melodía a las otras tres cuerdas, algo realmente difícil con este instrumento. Cuando le preguntaron por qué había elegido esa opción, respondió:
"Hay momentos en los que la tarea del artista es saber cuánto puede llegar a hacer con lo que le queda"
No hay comentarios:
Publicar un comentario