"Caminar es un peligro y respirar es una hazaña en las
grandes ciudades del mundo al revés. Quien no está preso de la necesidad, está
preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no
tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen. El
mundo al revés nos entrena para ver al prójimo como una amenaza y no como una
promesa, nos reduce a la soledad y nos consuela con drogas químicas y con
amigos cibernéticos. Estamos condenados a morirnos de hambre, a morirnos de
miedo o a morirnos de aburrimiento, si es que alguna bala perdida no nos
abrevia la existencia.
(...)
Muchos de los grandes negocios promueven el crimen y del crimen viven. Nunca hubo tanta concentración de recursos económicos y de conocimientos científicos y tecnológicos dedicados a la producción de muerte. Los países que más armas venden al mundo son los mismos países que tienen a su cargo la paz mundial. Afortunadamente para ellos, la amenaza de la paz se está debilitando, ya se alejan los negros nubarrones, mientras el mercado de la guerra se recupera y ofrece promisorias perspectivas de carnicerías rentables. Las fábricas de armas trabajan tanto como las fábricas que elaboran enemigos a la medida de sus necesidades "
(Eduardo Galeano)
(...)
Muchos de los grandes negocios promueven el crimen y del crimen viven. Nunca hubo tanta concentración de recursos económicos y de conocimientos científicos y tecnológicos dedicados a la producción de muerte. Los países que más armas venden al mundo son los mismos países que tienen a su cargo la paz mundial. Afortunadamente para ellos, la amenaza de la paz se está debilitando, ya se alejan los negros nubarrones, mientras el mercado de la guerra se recupera y ofrece promisorias perspectivas de carnicerías rentables. Las fábricas de armas trabajan tanto como las fábricas que elaboran enemigos a la medida de sus necesidades "
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