"El cínico sabe que nada tiene sentido, lo tiene
asumido, pero trata de sacar el mejor partido de su vida, aspira a vivir
confortablemente, a mantener las máximas cotas de poder y de bienestar y, para
ello, no tiene reparos en mentir, en engañar o en falsear la realidad. En su
imaginario no existe Dios, tampoco una Ley eterna, menos aún un infierno o un
juicio final. Todo vale, porque nada vale. No existen jerarquías, ni pirámides
de valores. Nada se interpone a sus intenciones. La cuestión es sobrevivir lo
mejor posible, poder ocupar el mejor lugar dentro del navío y subsistir en él
el mayor tiempo antes del naufragio final."
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