De mi buen amigo Íñigo una muy bien traída reflexión dentro del "contexto" de este día.....
De la hondura de Eduardo
Galeano…
El amor es una
enfermedad de las más jodidas y contagiosas.
A los enfermos,
cualquiera nos reconoce.
Hondas ojeras delatan
que jamás dormimos, despabilados noche tras noche
por los abrazos, o por
la ausencia de los abrazos,
y padecemos fiebres
devastadoras
y sentimos una
irresistible necesidad de decir estupideces.
El amor se puede
provocar, dejando caer un puñadito de polvo de “quereme”,
como al descuido, en
el café o en la sopa o en el trago.
Se puede provocar,
pero no se puede impedir.
No lo impide el agua
bendita, ni lo impide el polvo de hostia;
tampoco el diente de
ajo sirve para nada.
El amor es sordo al
Verbo divino y al conjuro de las brujas.
No hay decreto del
gobierno que pueda con él, ni pócima capaz de evitarlo,
aunque las vivanderas
pregonen, en los mercados,
infalibles brebajes
con garantía y todo.
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