CONTAGIANDO HOSPITALIDAD

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JUNTOS CONTAGIANDO LA HOSPITALIDAD DE SAN JUAN DE DIOS

19 noviembre 2013

¡CLAMA AL CIELO!

Compartiendo una reflexión de nuestro buen amigo Íñigo:



CLAMA AL CIELO

Solemos emplear esta expresión como signo de rabia, de indignación, de impotencia… frente a realidades o situaciones que nos sobrepasan, que nos hieren. Pero quizá la empleamos también, inconscientemente, como justificante para nuestro «lavatorio de manos».

¿QUÉ clama al cielo? Mejor, ¿QUIÉN clama al cielo? El grito silencioso -silenciado- de los pobres, de los débiles, de los indefensos, de los maltratados por la vida, de los desechados por el sistema…

Pero el Cielo –el Padre, defensor de «huérfanos, viudas y extranjeros», según la expresión bíblica– nos devuelve esos clamores, los hace caer sobre nosotros en un eco suave, penetrante, persistente… que engarza o prolonga el eco cainita «¿dónde está tu hermano?»

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