Una vez más, nuestro buen amigo Íñigo nos regala sus MIRADAS - BEGIRADAK a primeras horas de la mañana:
Mirando LOS DONES
Es el tiempo del ESPÍRITU, el tiempo de los dones…
No sé muy bien cuáles son los dones “regalados” y no sé si sabría reconocer esos dones como los esperados. Lo cierto es que es el tiempo del ESPÍRITU que re-crea la vida y alienta el corazón de quien se deja encontrar.
Si alguien te sorprendiese bostezando al amanecer y te preguntase: ¿qué necesitas?, ¿qué semilla / don desearías sembrar en tu tierra? ¡¡Vaya!! Seguro que pensarías que sigues soñando somnoliento, pero por qué no intentas responder, no pierdes nada en intentarlo. Lo único si se te entrega esa semilla, ¿no?
¿Semillas de felicidad?, ¿semillas de salud?, ¿semillas de afecto?, ¿semillas de sabiduría?, ¿semillas de serenidad?, ¿semillas de oro?, ¿semillas de creatividad?, ¿semillas de personalidad?, ¿semillas de valentía?, ¿semillas de paciencia?, ¿semillas de simpatía?, ¿semillas?
Semillas, no frutos. Semillas para sembrar, para cuidar, para abonar, para verlas crecer y fortalecer, y puede que hasta reconocer su propio fruto. Jeje.
Si quieres te cuento un secreto sobre lo que realmente encierran cada una de estas semillas, lo escuché (creo) a una persona sabia, sana, serena, afectuosa, feliz, creativa, valiente, tenaz, paciente, simpática, con calidad label, … “Cada semilla no es sino una partícula de nosotros mismos, lo que ansiamos y cuidamos para que brote ya existe en nosotros antes de ser sembrado”. ¡¡Vaya!!
Sí, es cuestión de tiempo, tiempo del ESPÍRITU, de alentar la vida que hay, abrirle paso para que se muestre con toda su plenitud. Así que cuando no cuidamos esas semillas que deseamos, y no llegamos a anhelarlas, no enraizan, no rompen su cáscara en nuestra tierra, y no echamos abono, ni agua ni afecto a nuestra tierra… Lo mejor de todo, quiero recordar, es que las semillas se multiplican, se pueden pasar de mano en mano, de tierra en tierra, así que igual es cuestión de vivir este tiempo de semillas y de dones JUNTOS, con las manos entrelazadas y compartiendo los abonos y los sueños para avivar el encuentro y el crecimiento de las semillas.
Todos los dones son deseables y salud-dables, no se comparan entre ellos, de veras, se ven distintos y bonitos.
Te deseo dones y te regalo sueños, los de cada amanecer regala-dado.
Como cada noche, como cada día: feliz y bien-humorado despertar.
Un cálido abrazo, un donoso sembrador, IÑIGO
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