"Cada vez es más frecuente hallarse con niños y adolescentes que no han tenido experiencia directa de las cosas, ni de la naturaleza, ni de los animales, ni de los universos marginales de nuestra sociedad.
Lo que conocen, lo han percibido a través de la pantalla del ordenador, de un conjunto de imágenes, de iconos; pero sin salir de sus respectivas habitaciones.
Tener experiencia de algo es, de hecho, pasar por algo, vivir una determinada situación y enfrentarse a ella. Uno tiene, por ejemplo, la experiencia del amor, de la enfermedad, del desamor, del enamoramiento, de la angustia o de la muerte de un ser querido.
Toda experiencia requiere de un contacto directo con la realidad. Este contacto puede ser agradable, doloroso o, incluso, inquietante, pero la experiencia es lo que nos configura como seres humanos....
No podemos olvidar que educar es preparar al educando para vivir honesta y responsablemente su futuro. No podemos ahorrarle el dolor de determinadas experiencias(el fracaso, la frustración, la enfermedad, la impotencia, el desamparo, la lucha, la muerte...), pero sí que podemos y debemos ofrecer las herramientas, los valores y las destrezas para que puedan asumirlas y superarlas de un modo exitoso" (TORRALBA, F.,)
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