"Siempre que estamos agotados
es señal
de que no vivimos de la fuerza interior,
sino que bebemos de fuentes enturbiadas.
Quien da al otro
porque necesita ser reconocido
no tarda en agotarse....
....Descubro mi fuente personal cuando me pregunto:
¿De dónde sacaba mis fuerzas siendo niño?
¿De dónde obtenía más mi energía?
¿A qué podía jugar durante horas sin cansarme?
Si rememoro aquellas situaciones,
entro en contacto con mi auténtica fuerza" (GRÜN, A.,)
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