SILENCIO
Señor, dadme el silencio poderoso y difícil;
decidme donde no se oye nada;
me duele el cuerpo de tanto ruido,
de tanto llanto,
de tanta charca.
Si me dejaras ir al silencio
a alguna aldea,
mejor montaña
donde no oyera siquiera el aire,
donde tan solo pasos de agua
y alguna hormiga...
Si me dejaras...
¡Digo silencio, Señor, silencio!
-de soledad no digo nada-
¿Será pecado querer estarme,
donde no rían,
donde no hablen,
cama en la noche;
sin ruido al alba;
sin mar que grite
(todo me daña,
gallo que cante,
perro que ladre,
hombre que pasa...)?
Si tú dejaras llover silencio
sobre mi pelo seco, dejaras...
me duele dentro por tantas voces,
por tantos ruidos,
por tantas charcas.
Con lo bonito que es el silencio,
donde me echo a pensar palabras,
donde me duermo -que es mi alimento-,
donde se reza,
donde se ama.
Si me dejaras
que allí viviera
mi otra alma...
Digo silencio, Señor, silencio;
de soledad no digo nada.
¡Dadme la paz
y su presencia;
...que amo a quien amo porque se calla".
(Gloria Fuertes)
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