Hace más de 500 años Juan de Dios hablaba de sus preocupaciones para poder atender a sus gentes. ¡Qué distintas estas preocupaciones, cuando son por los más desfavorecidos, frente a nuestras preocupaciones hoy por la tan traida y llevada crisis o recesión!
"Y el día que no se recoge limosna suficiente
para proveer a lo que he dicho,
lo tomo fiado,
y otras veces tienen que ayunar.
Así es que, de esta manera,
me encuentro aquí lleno de deudas y entrampado,
sólo por Jesucristo,
ya que debo más de doscientos ducados
de camisas, capotes, zapatos,
sábanas y mantas,
y de otras muchas cosas
que son necesarias en esta casa de Dios;
y también de la crianza de niños
que aquí abandonan"
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