"Me han propuesto altos cargos en el Gobierno y me pidieron que abandonara mi batalla, pero yo siempre lo he rechazado, incluso a riesgo de mi propia vida. Mi respuesta era siempre la misma: No, yo quiero servir a Jesús como un hombre común; no quiero popularidad ni poder. Sólo quiero un lugar a los pies de Jesús; yo quiero que mi vida, mi carácter, mis acciones hablen por mí y digan que estoy siguiendo a Jesucristo. Quiero vivir para Cristo y quiero morir por Él. No tengo ningún miedo"
Estas palabras las decía Shahbaz Bhatti, Ministro para las Minorías de Pakistán, poco tiempo antes de ser asesinado.
Era el único ministro cristiano de este país y, por ello, fue tiroteado.
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