CONTAGIANDO HOSPITALIDAD

CONTAGIANDO HOSPITALIDAD
JUNTOS CONTAGIANDO LA HOSPITALIDAD DE SAN JUAN DE DIOS

12 enero 2012

HOMENAJE


De un estupendo y especial amigo me llega este escrito que reproduzco por la increible sensibilidad y, por otro lado, el gran "olfato" para localizar a Dios por todas partes y en todas las personas:

Canto a la cotidianidad.
Quiero cantar y reconocer a todos los que en el anonimato hacen posible, cada
día, de manera discreta, la convivencia
y la paz.

Quiero cantar a quienes hacen del lugar doméstico un espacio cálido,
atractivo y dulcifican la intemperie del frío, de la soledad, del paro, de la
violencia y el desamor.

Quiero cantar a quienes ofrecen sus vidas por los demás sin que les sean
parientes, ni siquiera amigos, de manera gratuita, voluntaria, amorosa, y con
su entrega dan la posibilidad de que muchos sientan ayuda en su fragilidad,
amparo en su indigencia, cercanía en su enfermedad.

Quiero cantar y reconocer a los que oran por otros, sin que ellos lo sepan,
y permanecen en vigilia para que se alivie el dolor del hombre, la angustia y
el desespero de los que se sienten sin fuerzas para resistir la prueba.

Quiero cantar y reconocer a los que miran con
cariño al desconocido, escuchan con atención el desahogo de los que repiten una
vez más su historia, de los que no llevan cuenta del bien hacer.

Quiero cantar y reconocer las vidas
de los que habitan en el medio rural, en los pueblos vacíos, en las estepas
humanas, y aguardan pacientes el curso de los días, en sobriedad y actitud
serena.

Quiero cantar y agradecer a todos los que sin fama ni renombre sostienen el
tejido social y hacen habitable esta hora recia.

Quiero cantar y recordar a quienes llevan en
silencio su prueba, por no sobrecargar aún más el dolor del mundo, y ofrecen su
sufrimiento de manera redentora, mirando a quien llegó a morir por salvar a
todos.

Quiero cantar a los que sobreviven de manera clandestina y anónima por las
calles de la ciudad, y confían en encontrar una manera digna de ganarse el pan.

Quiero hacerme consciente de la bondad que anida en el corazón, y agradecer
todo gesto humilde, pequeño, de los que pasan por la vida ofreciendo lo más
noble de sí mismos.

Con sincera admiración y gratitud a todos los que sois parábolas y semillas
de bondad, verdad y belleza.
(Ángel Moreno)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me uno a este canto

Esther de la Calle dijo...

yo también¡¡¡