Pobre del que tuvo miedo de correr riesgos.
Porque tal vez no se decepcione nunca, ni tenga desilusiones, ni sufra como los
que tienen un sueño que cumplir. Pero cuando mire hacia atrás – porque siempre
se acaba mirando hacia atrás – va a escuchar a su corazón diciendo: “¿Qué
hiciste con los milagros que Dios sembró a lo largo de tus días? ¿Qué hiciste
con los talentos que tu Maestro te confió? Los enterraste bien hondo en una
fosa, porque tenías miedo de perderlos. Por lo tanto, ésta es tu herencia: la certeza
de que desperdiciaste tu vida”.
(Paulo Coelho)
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