CONTAGIANDO HOSPITALIDAD

CONTAGIANDO HOSPITALIDAD
JUNTOS CONTAGIANDO LA HOSPITALIDAD DE SAN JUAN DE DIOS

11 diciembre 2006

MI EXPERIENCIA EN QUITO

Siempre pensé en ir a Latinoamérica para hacer un voluntariado y ayudar en lo posible a los más necesitados. Tenía la absurda idea de que donde iba a ser más necesario sería en la selva o en algún pueblo pequeñito.
Llegué a Quito, capital de Ecuador y es aqui donde en algunas personas descubrí, la necesidad de los aquí habitan. Por las calles muchos de ellos se gana la vida trabajando en lo que pueden: limpiabotas, vendedor de chucherias... también, hay algunos que se dedican a robar y a aprobecharse de los más débiles para explotarlos.

Tuve la gran suerte de poder hacer mi experiencia de voluntariado en un albergue, el de San Juan de Dios. Situado en el sector San Diego, en una zona muy céntrica y con muchas necesidades entre los habitantes en este sector. Este albergue lo llevan entre ocho hermanos de profesión simple y el hermano superior y maestro de escolasticos, que lleva venticinco años formando y sirviendo con hospitalidad a los más necesitados. También existen, como no, los colaboradores, voluntarios y los bienhechores, sin todos ellos no sería posible formar esa gran familia que tanto se hacen querer.

En el albergue, también están los residentes: personas con necesidades, que han llegado hasta aqui por su propio pie, traídos por la policía o abandonados en la puerta. Personas tan agradecidas que de todos ellos rebosa mucho cariño. Que decir de los albergados, los marginados, transeuntes, bagabundos... como escrito está por San Juan de Dios, son algunos de los más queridos. En este albergue se acoge sin ninguna discriminación a ancianos, niños, hombres y mujeres con todo tipo de necesidad, pudiendo asistirles en lo más necesario.

Mi experiencia fué muy enriquecedora. Los primeros días me sentí fuera de lugar y con la sensación de no saber como ayudar. Los días fueron pasando y las necesidades de todas estas personas fueron llegan

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