CONTAGIANDO HOSPITALIDAD

CONTAGIANDO HOSPITALIDAD
JUNTOS CONTAGIANDO LA HOSPITALIDAD DE SAN JUAN DE DIOS

17 febrero 2007

LAS MÁSCARAS





Desde siempre las personas se ponen máscaras – y no sólo en cuaresma. Ya en las primeras páginas de la Biblia se informa de que el mismo “demonio” ha tentado a las personas bajo la máscara de una serpiente, para querer ser más de lo que son, y por consiguiente, para llevar máscaras.

Gen 3,1-6:
La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que Yahweh Dios había hecho. Y dijo a la mujer: “¿Cómo es que Dios os ha dicho: No comáis de ninguno de los árboles del jardín?” Respondió la mujer a la serpiente: “Podemos comer del fruto de los árboles del jardín. Mas del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: “No comáis de él ni lo toquéis, so pena de muerte.” Replicó la serpiente a la mujer: “De ninguna manera moriréis. Es que Dios sabe muy bien que el día en que comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal.”
Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio también a su marido que igualmente comió.

Como esto no era suficiente – según el testimonio del Evangelio, el “tentador” se aproximó también al mismo Jesús. También Le propuso ponerse “máscaras”: la máscara de un mago, la máscara de un poderoso de la tierra, la máscara del invulnerable.
Lc 4,1-13:
Jesús, lleno del Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y fue conducido por el Espíritu al desierto y durante cuarenta días tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días y, al cabo de ellos, sintió hambre.
Entonces el diablo le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.” Jesús le respondió: “Está escrito: “No sólo de pan vive el hombre.”
Llevándole a una montaña le mostró en un instante todos los reinos de la tierra; y le dijo el diablo: “Te daré todo el poder y la gloria de estos reinos, porque a mí me ha sido entregada, y se la doy a quien quiero. Si me adoras, toda será tuya.” Jesús le respondió: “Está escrito: Adorarás al Señor tu Dios y sólo a Él darás culto.”
Le llevó a Jerusalem y Le puso sobre el alero del Templo, y le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, tírate de aquí abajo; porque está escrito: A sus ángeles te encomendará para que te guarden. Y: En sus manos te llevarán para que no tropiece tu pie en piedra alguna.” Jesús le respondió: “Está dicho: No tentarás al Señor tu Dios.”
Acabada la tentación el diablo se alejó de él hasta un tiempo oportuno.

Sin embargo, por otra parte, Jesús mismo promete “disfrazarse”, es decir, llevar máscara y nos invita a descubrirLe detrás de estas máscaras.

Mt 25-35-40:
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme.
Entonces los justos Le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y Te dimos de comer; o sediento, y Te dimos de beber? ¿Cuándo Te vimos forastero y Te acogimos; o desnudo y Te vestimos? ¿Cuándo Te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verTe? Y el Rey les dirá: “En verdad, os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a Mí me lo hicisteis.

Pero sobre todo, podemos confiar en que Dios nos conoce como somos y nos acepta como somos:

Del Salmo 139:

Señor, Tú me sondeas y me conoces.
Sabes cuando me siento y cuando me levanto.
Desde lejos conoces mi pensamiento.
El que esté andando o acostado, Te es conocido;
familiares Te son todas mis sendas.
Aún no está la Palabra en mi lengua
y ya Tú, Señor, la conoces entera.
Me aprietas por detrás y por delante
y tienes puesta sobre mí Tu mano.
Tu saber es misterioso para mí,
tan alto que no puedo alcanzarlo.
¿A dónde iré yo lejos de tu Espíritu,
a dónde podré huir de tu rostro?
Si hasta los cielos subo, allí estás Tú,
si en el sol me acuesto, allí Te encuentras.
Si tomo las alas de la aurora,
si voy a parar a lo último del mar,
también allí tu mano me conduce,
tu diestra me aprehende.
Aunque diga: “¡Me cubra al menos la tiniebla,
y la noche sea en torno a mí un ceñidor!”
ni la misma tiniebla es tenebrosa para Ti,
y la noche es luminosa como el día.
Porque Tú has creado mi interior,
me has tejido en el vientre de mi madre;
y te doy gracias por tantas maravillas;
prodigio soy, prodigios son tus obras…
¡Sondéame, oh Dios, conoce mi corazón
pruébame, conoce mis pensamientos;
mira que no haya en mí camino de dolor
y llévame por el camino eterno.!

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Hola amigos! Me parece muy positivo reflexionar sobre esa idea de que Jesús quiere "disfrazarse" de pobre, hambriento, sediento, desnudo etc. En general, los disfraces tienden a dar rienda suelta a nuestros sueños y aprovechamos esa ocasión para ponernos elegantes, en cambio Jesús se disfraza de pobre, identicándose con él. Una buena idea para reflexionar en la cuaresma que comienza hoy.
Esta página sigue manteniendo el interés de todos los que la visitamos porque no sabemos lo que vamos a encontrar, pero siempre la sorpresa es excelente.