CONTAGIANDO HOSPITALIDAD

CONTAGIANDO HOSPITALIDAD
JUNTOS CONTAGIANDO LA HOSPITALIDAD DE SAN JUAN DE DIOS

20 diciembre 2007

¡ENSANCHEMOS LA TIENDA!

Nuestro amigo Íñigo, desde Bilbao (pasando por Fuenlabrada) nos envía sus oroimenak – recuerdos:

Llueve sobre mojado… es tiempo de ENCARNACIÓN.
Como si no lo supiésemos, como si lo tuviésemos reservado para un único momento del año: LA
PALABRA se encarna y habita entre nosotros. Desde muy diversos frentes se celebra; acaso no todos celebramos del mismo modo ni celebramos con cualquiera.

Año tras año, adviento tras adviento, atentos al Misterio de la Encarnación del Dios de la Vida que se torna Buena Noticia, Esperanza deseada y proclamada por las voces más pequeñas.
¡¡Vaya!! Sin embargo, me embarga una extraña sensación, parece que “llueva sobre mojado”. Cada día, en estos días, un poco más de lo mismo, un poco más de deshumanizada ilusión, un poco más de alienación de las utopías evangélicas. ¿Dónde acampa LA PALABRA? Tal vez, tampoco, en nuestro tiempo, halle posada; tal vez, la cerremos la puerta. ¿Quién recuerda el estribillo del coro celestial?, ¿quién sabe de las bienaventuranzas del Reino transmitidas generación tras generación?, ¿quién recuerda al hermano sin rostro?
Podríamos seguir enunciando las crónicas sociales necesitadas de una nueva redacción. Podríamos seguir rastreando las esquelas amontonadas de buenos deseos y plausibles voluntades.

Podríamos seguir aplazando la contundencia de los gestos provocativos o de los tímidamente comprometidos por la declaración de los derechos y sueños de la humanidad. Podríamos seguir pre-ocupados por las no-acciones o las mal intencionadas de tantos capitales políticos. Podríamos caer rendidos y seguir pensando que todo es un poco más de lo mismo…

Dicen los sabios, llamados místicos del corazón, que la esperanza sólo es fecunda en quien se siente criatura creada para soñar y para crear, quien escucha desde las entrañas y mira con sencillez los ojos de la vida. Durante un tiempo, todos los corazones de los niños y niñas se sienten así, ¡¡volvamos a ser
como niños para recordar LA ESPERANZA!! Necesitamos creer en cada nuevo amanecer, en cada nuevo atardecer. Necesitamos saber los unos de los otros, somos hermanos y hermanas de una misma tierra bajo un mismo cielo.

Este año LA PALABRA tiene más rostro de los SIN-ROSTRO, SIN-NOMBRE, SIN-TIERRA, SINPAPELES, SIN-TIEMPO, SIN-VOZ, SIN-TECHO, SIN-PAN. Tantos sin-(o)s encontrados que es a ellos a quien se dirige la estrella de la Vida. ¡¡Alegraos, ha nacido entre vosotros!!

Al leer estas líneas siento que la vida recorre mis dedos y mis labios. LA PALABRA sigue encarnándose, sigue siendo ALIENTO DE VIDA y DE ESPERANZA. Es tiempo de ENCARNACIÓN. ¡¡Ensanchemos la tienda, somos más para compartir y celebrar, diversos y encontrados!!

Te invito a que traigas a este encuentro de hermanos, de hombres y mujeres, de peques y de mayores, de aquí y de allá, un gesto de fraternidad, una palabra de gratitud y de afecto, lo demás ya se andará…

Feliz Buena Nueva, feliz Navidad.
Recibe un cálido abrazo, Iñigo.

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