Si, todos hemos entrado alguna vez en algún ascensor
y al entrar hemos sentido el perfume de la persona que acababa de salir,
pero yo no voy a hablar de ese perfume ni ese aroma.
y al entrar hemos sentido el perfume de la persona que acababa de salir,
pero yo no voy a hablar de ese perfume ni ese aroma.
Creo que en actividades de jóvenes con S. Juan de Dios
(como en otros ordenes de la vida): con la familia, con los amigos,
con los compañeros de trabajo, al final es el "aroma", el perfume, la sensación que dejamos en los demás lo verdaderamente importante. Quizás las gentes que hacen campos de trabajo con nosotros o vienen a alguna capacha ya no vuelvan a tener ningún contacto (que tampoco pasa nada), pero si es verdad que igual alguna vez cuando oigan hablar algo de S. Juan de Dios lo recuerden con
(como en otros ordenes de la vida): con la familia, con los amigos,
con los compañeros de trabajo, al final es el "aroma", el perfume, la sensación que dejamos en los demás lo verdaderamente importante. Quizás las gentes que hacen campos de trabajo con nosotros o vienen a alguna capacha ya no vuelvan a tener ningún contacto (que tampoco pasa nada), pero si es verdad que igual alguna vez cuando oigan hablar algo de S. Juan de Dios lo recuerden con
cariño y su "aroma" y experiencia sean positivos.
¿No te parece?
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