Al dejar paso a este Domingo comparto esta reflexión, profunda y muy cercana, de Ángel Moreno (Buenafuente del Sistal) por si puede ayudar (¡estoy seguro!):
"Si a pesar de estar disfrutando de un tiempo de descanso, de
probar los gustos agradables de la vida, sientes nostalgia en tu interior.
Si a pesar de gozar del acompañamiento familiar, hay en ti
un recinto íntimo que sufre soledad.
Si has probado a gustar los sabores que te ofrecen los
sentidos naturales en el beber y en el comer y sabes que no sacian del todo tu
hambre y tu sed.
Hoy la Palabra de Dios te da la respuesta a la sed esencial,
al corazón herido de necesidad afectiva. Te ofrece un alimento distinto, que
sacia y da gozo, y serena el corazón.
Puede que pienses que son palabras bonitas, discurso
poético. Sólo cuando se ha estado en el desierto se valora el agua del
manantial. Sólo cuando uno ha recorrido parte del camino, buscando con quien
compartir el alma, valora la amistad más íntima.
Jesucristo se nos ofrece hoy como pan vivo, como agua de
manantial, como compañero de camino, como totalidad de respuesta a la identidad
indigente de nuestra carne. ¡Prueba a comer del pan santo, a tratar con Jesús,
a conocer su amistad y verás si te engaño!"
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