Un recuerdo especial hoy a San Agustín, que en San Juan de Dios celebramos de una manera muy especial. Recomendando (de más breve a más profundo, pero ambos con mucha materia) la lectura de La Regla, de S. Agustín y Las Confesiones.
“¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te
amé!. Y he aquí que tú estabas dentro de mí, y yo fuera, y por fuera te
buscaba; yo deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú
creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de ti
aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no serían. Llamaste y clamaste, y
rompiste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y fugaste mi ceguera;
exhalaste tu perfume y respiré, y suspiro por ti; gusté de ti, y siento hambre
y sed; me tocaste, y me abrasé en tu paz” (S. Agustín, X,27,38)
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