El pasado martes, regresando en el metro a casa y debido a que ningún libro, periódico ni CD me acompañaban decidí pararme a observar. Observar el metro, su diversidad de gentes y culturas en una misma vagoneta. En eso que fijo mi mirada (más bien mi oído) en una madre e hija que frente a mí conversaban.
El aspecto visual me llevaba malévolamente a describir a la madre como de esas que “agotan con gin-tonic la menopausia” (Donte estarás? de I. Serrano) y a la hija pues el mañana de la madre… El caso es que prejuicioso que no quiere ser uno opté por obviar la apariencia y pegar el oído. La conversación versaba sobre ropa de invierno que va sustituyendo a la de verano en los armarios. El momento cumbre fue cuando la hija le dijo a la madre “no la chaqueta negra no la damos ya que aún no está para regalar, no es que me la ponga mucho pero no está rota ni nada”… Atendiendo a la lógica pura mi cabeza relacionó regalar a roto y me fui “maquinando” hasta casa ese perverso concepto de asociar a lo que se regala como lo que no sirve.
Vino a mi cabeza una conversación de años atrás, entonces era yo el que comía pizza en una pizzería y un hombre entraba recogiendo cartones con los restos de pizza (en su mayoría los bordes). Quien me acompañaba me recordó esos versos de Alejandro Sanz que tantas veces había oído en ambiente “pachanguero” pero que nunca había recapacitado en ellos “dar solamente aquello que te sobra nunca fue compartir sino dar limosna”…(dijo el poeta).
Todo esto manteniendo aún en la retina ese Quito y sus imágenes y como se reutilizaba todo tantas veces como cayera en manos de alguien que lo necesitara...
Pablo Gil Corona
1 comentario:
Artista: Ismael Serrano
Album: Atrapados en Azul
Canción: Dónde estarás
El tiempo imparable plateará nuestras sienes
y hará de nuestros recuerdos cenizas y humo.
Tú y yo, ahora amándonos cada vez más lejos,
seremos engullidos por un oscuro futuro.
Seremos esa generación perdida
apuntalando las ruinas.
Dónde estarás.
Mientras esperas a que amanezca
conocerás a un hombre, te robará el misterio.
Te dará una casa y muchos hijos,
y romperá tu hechizo, cubriéndote de dinero.
Pero serás una mujer perdida
apuntalando las ruinas.
Dónde estarás.
Niños de azul marino y corbata
se despedirán de ti cada mañana.
Cultivando el cáncer que nos unió,
amarillos los dedos, gris el pulmón.
Dónde estarás.
Con el BMW directa a la gimnasia,
con Gin Tonic ahogando la menopausia,
hora en la peluquería para tapar esas canas,
echándome de menos artrosis en el alma.
Dónde estarás.
Tendrás largas tardes de aburrimiento,
de ginebra y largos cigarrillos bajos en nicotina.
Y mientras tu marido te jura
que no te engaña, por su vida,
soñarás conmigo huyendo de esa rutina.
Pero serás una mujer perdida
apuntalando las ruinas.
Dónde estarás.
Cualquier día nos cruzaremos por la calle
y tú dudarás si pasar de largo o saludarme.
- "¿Cómo estás, qué tal tus hijos?" - "Cada día más grandes".
- "¿Y qué tal tu marido?" - "Perdona, pero se me hace tarde".
- "Llámame cualquier día".
Hay que ver cómo es la vida.
Dónde estarás.
Niños de azul marino y corbata
se despedirán de ti cada mañana.
Cultivando el cáncer que nos unió,
amarillos los dedos, gris el pulmón.
Dónde estarás.
Con el BMW directa a la gimnasia,
con Gin Tonic ahogando la menopausia,
hora en la peluquería para tapar esas canas,
echándome de menos artrosis en el alma.
Dónde estarás.
Publicar un comentario