Una vez más nuestro querido amigo Íñigo nos obsequia con sus sabrosas y entrañables MIRADAS - BEGIRADAK:
Mirando la serena SERENIDAD
Recordamos en estos días gestos de esperanza para la humanidad, los nombres de Martin Luther King y Mahatma Gandhi nos hablan de sueños y deseos de fraternidad. Porque otro mundo es posible, y necesario…
Nos toca, a ti también, traducir estos deseos. ¿Qué supone la fraternidad? ¿Avivar el encuentro y posibilitar la reconciliación cuando los corazones están distantes, y hasta en ocasiones, enfrentados irremediablemente? ¿Qué estamos dispuestos a empeñar para que se cante el himno de la alegría? ¿Por cuánto tiempo dejamos que se endurezcan nuestros latidos?
De peques, nos insistían (y nosotros insistimos con otros peques) que hay que saber hacer las paces: “venga, pídele perdón… Dale un beso / un abrazo de paz… ¿amigos, pasamos página?” Y cuando crecemos, olvidamos que muchos de nuestros nubarrones en la relación son sencillamente eso, malos humos del momento pero que pueden disiparse. ¡Ay, cuántos atascos emocionales por no saber digerirlos con serena serenidad! Y es cierto que tenemos derecho a ser cabezones, a mantenernos firmes, a no mirarnos… ¿y? ¡Anda ya! ¡A reírse, y a respirar aire nuevo! Pues dicen, los sabios del lugar que las malas digestiones pueden acarrear mayores consecuencias, y que incluso pueden provocar tumores psíquicos o similares…
Te animo a que hagas una lista de tus pequeñas y continuadas luchas interiores. ¿De qué tratan tus luchas? ¿Desde cuándo están en ti? ¿Con quién combates? ¿Cuál es el premio de la batalla: qué territorio se disputa? Quien sabe si al responder a alguna de estas preguntas, damos tablas o proponemos nuevas reglas de juego.
También te propongo que te digas cómo sueles afrontar los conflictos (sí, eso que te incordia, que te tensa, que te impone, que te violenta). Tal vez te revele qué quieres hacer en cada situación, y por qué lo consigues…
De todos modos, entiendo que hay momentos y situaciones que nos vienen dadas, tragos y duelos que se dan cita en nuestro día… Lo que no depende de ti, está claro, así es, y no desde el principio de la resignación, sino sencillamente desde el ejercicio de la consciencia. Es un arte vivir con serena SERENIDAD, que nace de lo más hondo de nuestras entrañas y recorre nuestro mundo de sensaciones y afecciones.
Serenar la vida que se altera…
Serenar la mirada que se descentra…
Serenar el corazón que se encoge…
Serenar y respirar serenidad.
Te deseo una semana de reconciliación (de catarsis), pero sobre todo, una semana de confianza en ti y a tu alrededor. Vivimos acompañados y acompañamos desde la vida, así nos re-conoce-mos.
Felices vuestros corazones serenos.
Un cálido abrazo, IÑIGO
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