En la literatura española es muy significativa la imagen del Lazarillo, como ese personajillo ágil, intrépido, pillo pero...sobre todo como aquel que guía y ayuda al más limitado.
Quizá sería bueno "reconvertir" en nuestra sociedad esta última cualidad del Lazarillo frente a la proliferación de corruptos e intrépidos "trepadores", en todos los ámbitos de nuestra sociedad, capaces de cualquier cosa, menos de ser solidarios, con tal de sobresalir y aparentar...
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