Hace tiempo viajaba en autobús y, ante una situación cotidiana, surgió una discusión bastante acalorada entre varios viajeros. Aquello era algo desproporcionado y, una señora se dirigió a mi para comentar: "es que estamos todos en la cabeza de una cerilla...y cuando salta cualquier chispa hay un incendio".
Me pareció simpático aquello.
Poco a poco he ido recordando aquella frase en diversas situaciones más o menos domésticas y más o menos sociales e internacionales.
Parece que cualquier pequeño contratiempo puede ser: motivo de una reyerta sangrienta entre adolescentes, motivo de asesinato de una hija hacia su madre, motivo de agresión de un marido hacia su mujer, motivo de enfrentamiento diplomático entre naciones, etc....
¿Qué nos pasa? O más bien ¿Qué no nos pasa?
Te invito a identificar estas situaciones.
Pero, sobre todo, a intentar colaborar en el "sofoco" de tantos posibles incendios.
Hoy es en un barrio madrileño, ayer fue en una capital europea, mañana puede ser en.....y para todos es muy cómodo justificar los desastres con las puntas de icebergs pero hay muchas causas para el descontento y desarraigo: ciudades cada vez más frías y deshumanizadas, planes de educación sin aterrizaje en la vida, disposiciones lejanas a la realidad social, horarios laborales demasiado extensos, poco ambiente de hogar en las familias.......
¿Podríamos hacer algo para colaborar al "sofoco de incendios"?
Tú ¿Qué crees?
1 comentario:
¡Hola! Acabo de leer este texto y me ha gustado mucho porque además creo que es verdad. Estamos muy "sulfurados" y acalorados. Yo he observado que en el autobus en pleno invierno la gente, en general, tiene mucho calor y muchas veces me pregunto de dónde puede surgir tanto calor. Debe ser que la cabeza de la cerilla está caliente y preparada para arder de la peor forma posible.
Gracias por esta página tan variada.
maría teresa
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